En muchas oportunidades decimos que tenemos hambre cuando recién comimos, esto resulta un poco raro pero la realidad es que lo que tenemos es sed. Casi siempre un vaso de agua calmará esas ganas de comer que sentís en momentos en lo que no debes comer.
Esto ocurre porque la sed es una respuesta química a un desbalance de temperatura y fluidos en el cuerpo, el problema es que la señal de que tenemos sed nos llega a través de las mismas hormonas que las del hambre.
Por eso decimos que beber 2 a 3 litros de agua al día te ayuda muchísimo a controlar tu apetito y a regular la cantidad de comida que consumís cada día.
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